Fotos por José Rodríguez Irizarry
“Pues, como estas viendo desde la distancia, parece que
por aquí, POR FÍN, hemos despertado. Rectifico, porque despiertos estábamos ya
muchos, pero siempre por separado, o por lo menos sin encontrar un elemento de
unión, un contexto en el que compartir nuestras frustraciones, nuestra indignación y nuestras ganas de
posicionarnos”. Estas palabras, que despiertan sentimientos familiares por
recientes experiencias vividas en Puerto Rico, las expuso un joven español que
hizo llegar su reflexión a Desde Adentro sobre el conocido Movimiento del 15M.
Desde el pasado 15 de mayo el pueblo español atiborró la
plaza de la Puerta del Sol en Madrid para la concreción de un acto que reflejó
su hondura de pensamiento e indignación. Durante una semana cayó y se levantó
el sol en aquel foro que atestiguó cómo, día tras día, se sumaban más
asistentes a un grito de protesta en busca de “un poco de sentido común”.
La acampada en la plaza Puerta del Sol comenzó por
iniciativa de un grupo de jóvenes dispuestos a exigir un cambio en la política
pública del Estado de cara a la jornada electoral del 22 de mayo.
“Termina la manifestación [del 15 de mayo], se intenta
cortar [la avenida] Gran Vía y los violentos de siempre entran con todo: cargas,
cristales, contenedores ardiendo... 24 detenidos. Un grupito de gente decide
regresar a [la Puerta del] Sol porque ya está bien, porque además de pagar la
crisis que ellos han creado tenemos que recibir sus palos. Y nace una asamblea,
la primera asamblea de tantas que vendrán, que entre palabras de unos y de
otros dura toda la madrugada. Estos valientes anónimos deciden que se quedan y
hacen un llamamiento a la ciudadanía para que se les acompañe, para que
compartamos con ellos su indignación. Ya sabemos que los miedos y la rabia son
factores ampliamente motivadores cuando somos nosotros quienes los controlamos.
Y ahí se desata todo”, expuso de forma emotiva el joven madrileño.
Esa manifestación se emulsionó de tal forma que en tan
sólo días el número de asistentes se multiplicó exponencialmente, y entonces
fueron decenas de miles los que se sumaron al reclamo ciudadano.
Tras un tiempo gritando “no nos representas, vuestra
crisis no la pagamos” y “lo llaman democracia y no lo es”, aparecen unos
altavoces. “‘Sssssssssssssssssilencio. Somos muchos, estamos desbordados. Sólo
una pregunta: ¿nos queremos quedar hoy aquí?’ Y a partir de ahí, comenzamos el trabajo. Primeras comisiones, cuerdas de unas a otras
farolas, cartones por todos lados que se van esparciendo por el suelo de la Plaza,
el agua para allá, la comida para acá, emoción en los rostros, demostración institucional
de la fuerza que aparece cuando estamos convencidos. No hay duda, de aquí no
nos echan”, contó el joven.
Para aquellos que participaron de la serie de
protestas, denominada el Movimiento 15M, la respuesta del pueblo español a un
movimiento liderado por jóvenes es símbolo de la perspectiva crítica con la que
los ciudadanos españoles miran la gestión gubernamental y la formación de su política
pública indicó Juan Varela Portas, profesor en la Universidad Complutense de
Madrid, entrevistado por Desde Adentro.
“Hay mucha inteligencia colectiva actuando en Sol (Puerta
del Sol) […]. Y me sorprende también que hay muchos puntos de acuerdo, un gran
espacio de pensamiento colectivo en el que no surgen divergencias. En la
asamblea de esta mañana (llevada, por cierto, con mano férrea y al tiempo
amable y simpática, sin ínfula alguna, por una chiquilla de no más de 20 años),
los manifiestos y exigencias, bien concretas, que llevaron las comisiones de
educación, social (con economía incluida), sanidad, política, despertaron un
amplísimo consenso”, dijo Varela.
Asimismo, Varela puntualizó en el extremo nivel de
organización que caracterizó el Movimiento 15M, y exaltó el empleo de la
democracia participativa para regir los procesos, principio que debe ser
acápite del funcionamiento de los gobiernos contemporáneos.
“Como a todo el mundo, me sorprende el grado de
sofisticación organizativa, de responsabilidad colectiva, de trabajo conjunto
que se está generando en la Plaza. Nadie habla más de la cuenta; no hay friquis con discursos absurdos; se
debate con sencillez y calidez, con seriedad y hondura”, manifestó el
académico.
Este proceso, muy similar al que se dio durante las
huelgas estudiantiles de la Universidad de Puerto Rico el pasado año, logró
cautivar a los medios de prensa internacionales y mantuvo seriamente ocupado al
gobierno español durante la semana de protestas. Tanto así, que los
manifestantes pudieron continuar con sus protestas aún en medio de la veda
electoral.
La
revolución y ¿el triunfo de la derecha?
No obstante la algidez y coherencia del discurso que
germinó en la Puerta del Sol, el pasado 22 de mayo el mapa de España se tiñó de
azul con una victoria avasalladora del Partido Popular (PP), partido de derecha en la Península Ibérica.
El sorpresivo triunfo de un partido de corte conservador
contrastó diametralmente con las protestas de la Puerta del Sol, lo que
generó serios cuestionamientos sobre la hegemonía bipartita en la política
española.
“El movimiento cuestiona todo el proceso
pseudodemocrático: no hay democracia sin igualdad económica, con políticos
corruptos, con partidos cerrados, sin listas abiertas, sin democracia
participativa, etc. El bipartidismo es una consecuencia de toda la
perversión de base del sistema. Lo que el movimiento está tratando de hacer es
cuestionar la legitimidad de nuestro sistema, que no es más que una dictadura
(plutocracia, o mejor, cleptocracia) encubierta bajo algunos formalismos
pseudodemocráticos”, subrayó Varela.
De la misma forma, el académico le restó importancia al
resultado de las elecciones al apuntar que éstas “no tenían nada que ver con
este proceso (el Movimiento 15M).” Expuso que la victoria del PP se debe
a que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) “ha estado haciendo políticas
de derecha neoliberal y ha demostrado ser un títere en manos de las élites
financieras internacionales.”
Aunque el triunfo del PP pudo haber caído como un balde de agua
fría a todos aquellos que participaron del Movimiento 15M, al parecer los
esfuerzos para exacerbar esa discusión crítica entre los ciudadanos
continuarán. Según Varela, este fin de semana se realizarán asambleas por
barrios y pueblos para determinar el futuro de un movimiento que en definitiva
“está sorprendiendo a todos y resulta imprevisible.”
Luchas paralelas
Una semana antes del comienzo de las protestas en Madrid, Desde
Adentro colaboró con la Asociación de Estudiantes de Filología para organizar
un foro en la Universidad Complutense sobre las recientes huelgas estudiantiles
en la Universidad de Puerto Rico (UPR). Los panelistas, conectados por
videoconferencia, intercambiaron historias, estrategias y emociones. Según
Varela, “ese acto de hermanamiento con la UPR fue un prolegómeno a todo esto”.
Tal parece que estos son los años de las revoluciones
democráticas alrededor del mundo con la esperanza de influenciar la política
nacional. Los paralelismos entre las revueltas puertorriqueñas de los últimos
dos años y ésta, la española, son patentes.
Izquierda, foto de la huelga estudiantil en la UPR. Derecha, protesta en la Puerta del Sol, Madrid, España. |
“[T]odo esto es una locura, sólo espero que no se esfume y se
quede en la nada”, sostuvo Carlota, estudiante de la Universidad Complutense
que hizo llegar a Desde Adentro un informe sobre lo ocurrido en Sol. “Yo estuve
en la asamblea de la comisión de política y que duró unas 6 horas (y eso que no
me quedé hasta el final). El objetivo era el de llegar al consenso sobre las
propuestas que se habían desarrollado en la Asamblea de por la mañana. Las
propuestas que más dieron de sí fueron la reforma de la ley electoral, referéndum
para elegir entre Monarquía y República, condiciones laborales de los
políticos, exigencia de una democracia
participativa, eliminar la posibilidad de que imputados puedan ir en las
listas electorales pero sólo si han sido imputados durante el ejercicio de su
cargo político”, explicó.
Por su parte, otro joven que compartió su experiencia con Desde
Adentro, aunque solicitó mantenerse anónimo, sostuvo que lo hacía pues “la
prensa profesional no tiene tan buenos periodistas como los ciudadanos que
escriben lo que ven”. El joven afirmó que “si hay un verbo que defina todo lo
que está pasando desde entonces es, sin duda, escuchar. Hemos abierto las bocas
para opinar, pero sobre todo, hemos abierto los oídos para escuchar lo que el
otro tiene que decir”.
Igual que en Puerto Rico, luego de las protestas, el optimismo
joven corre por las calles. “En la parada de metro de Sol ya no se ve el cartel
con su nombre, lo sustituye otro que se lee ‘Plaza de la Revolución’.
Revolución. Y ya estamos hablando de palabras mayores, pero sentimos que no estamos
tan desatinados cuando ésta sale de nuestra boca y es imposible no creer que,
como ya he dicho antes, esta vez sí, estamos haciendo historia. A traer crema
bronceadora que tenemos sol para rato”, concluyó el joven madrileño.
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