Por Hiram
A. Meléndez Juarbe
Especial para DESDE ADENTRO
New York, NY - No cabe
hablar de solidaridad cuando la lucha se asume como propia. Así se sintió la actividad en apoyo a
los estudiantes de la UPR realizada hoy, 18 de mayo, frente a las oficinas de
PRFAA en Midtown, Manhattan. Cientos
de personas—unidas por nuestra estadía temporal, permanente o indefinida en
esta ciudad—marchamos bajo un aguacero abrazados a consignas briosas y
energizados por el entusiasmo contagioso del movimiento estudiantil
puertorriqueño.
La
actividad fue organizada y convocada por la Red de Apoyo a los Trabajadores de
Puerto Rico, quien hizo un llamado a unirse a “la lucha del pueblo de Puerto
Rico y en especial la lucha estudiantil, que está dando cátedra de
resistencia”, según un comunicado.
El
sentido de admiración y agradecimiento hacia los estudiantes fue evidente. Y no
es para menos. Las estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, en todos sus
recintos, han realizado lo que el País entero no había logrado: indignarse
enérgica, articulada y sostenidamente. La reacción del gobierno a la crisis económica en Puerto Rico
ha debilitado el sector público en casi todas sus instancias. Su manifestación
más notable fue el despido de decenas de miles de empleados públicos. Ello
generó en octubre pasado un paro general cuyo grito arropó al planeta, pero
cuya durabilidad no trascendió las veinticuatro horas. Sin embargo, el impacto de
estas políticas sobre la educación pública universitaria activó un movimiento
estudiantil orgánico, autogestionado. Jóvenes de una generación que, literalmente,
se juega la vida en todo esto y como tal luchan: como si de esto dependiera su
futuro. Y es así. Esta generación heredará las consecuencias de un país en
pedazos, sin un sistema de educación pública universitaria estable, disponible
al mejor postor, y con prioridades distintas a las de un proyecto social educativo.
Luchan por el país que tienen por delante.
Los que
marchamos en Nueva York sabemos eso. Sabemos que el conflicto universitario es
el conflicto de un país entero y es reflejo del conflicto interno que alberga
el alma de muchos compatriotas que nos bandeamos entre la esperanza de un
futuro mejor y la frustración de ver un proyecto social fracasado. Por ello aquí, en la marcha de hoy, la
solidaridad con la lucha de los universitarios se confunde con la aspiración
propia de ver a nuestro país andar por un mejor sendero. Nuestros estudiantes conocen
su lugar en este contexto histórico. Y saben que al reivindicar su Universidad,
defienden al País y a su proyecto social educativo. Saben también que aquí, donde se congrega la más numerosa
población de puertorriqueños fuera de la Isla, sobra el apoyo a sus reclamos y
la esperanza de que sus actos le brinden al país ejemplo de cómo se vive y
respira una democracia. ¡Bravo! Y que vivan los estudiantes.
* El autor es Catedrático
Asociado, Escuela de Derecho y Candidato
a Doctorado, New York University
Law School
Excelente!
ResponderEliminarSolidaridad en NY.
Seguimos!
Excelente cobertura y brillante análisis! Fue un placer ir a NYC desde Filadelfia y marchar con ustedes.
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