Texto y fotos por Gamelyn Oduardo

Las
madres no entraron sin antes dejar tras de sí una alfombra de pétalos de rosa y
colocar flores en los chalecos antibalas de los policías que custodian aún los
portones del primer centro docente del País.
El evento fue emotivo por demás. Entre lágrimas de alegría y sonrisas se
abrazaron y compartieron muchos manifestantes, que llevan dieciocho días
ocupando la UPR ausentándose de sus respectivos hogares, con sus madres, abuelas
y demás familiares.
Aunque
los huelguistas están en espera de la respuesta estudiantil a los entendidos
iniciales que llegó el Comité Negociador y la Junta de Síndicos luego de la
primera ronda de negociaciones; actividades como esta levantan el ánimo de los
manifestantes, mientras la administración universitaria apuesta al desgaste del
movimiento estudiantil.
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