En peligro de cierre Escuela de Artes Plásticas

Por Mariana Muñiz Lara

El estudiantado de la Escuela de Artes Plásticas (EAP), la universidad pública especializada en arte que se encuentra en el Viejo San Juan, está batallando para que la institución se mantenga con vida, ante la dramática reducción presupuestaria que ha sufrido, producto de la Ley 7 de 2009. Se estima que la Escuela, si logra permanecer abierta para el año fiscal 2011, operará con una asignación de sólo $374,000, lo que implica una disminución de 89% respecto a lo que recibía en el 2009.

Elizabeth Barreto Ortiz, una de las portavoces del movimiento estudiantil en la EAP, señaló que las cifras que tienen, tomadas de las publicaciones electrónicas de la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP), indican que, antes de que se aprobara la Ley 7, la Escuela recibía del Fondo General del Gobierno $3,325,000. En el 2010, se redujo el presupuesto a $989,000 y se espera una disminución de más de $600,000 para el próximo año académico.

La directora de la OGP, María Sánchez Brás, difundió el miércoles que a la EAP sólo se le había recortado un 5% de su presupuesto. Barreto Ortiz, estudiante graduanda del Departamento de Pintura, exigió que la OGP y la Administración de la EAP les den explicaciones sobre el presupuesto de su Escuela, que también ha experimentado un continuo aumento en los costos de matrícula; desde $65 por crédito en el 2005 hasta los $90 actuales.

Además de la reducción presupuestaria, la EAP, como otras agencias públicas, se ha visto seriamente afectada por el despido de personal. “Como es una universidad tan pequeña, la administración es muy reducida. Desde antes de la Ley 7, el presupuesto era pobre y una misma persona hacía varias tareas”, dijo Barreto Ortiz. La Escuela, que ofrece programas de Bachillerato en siete concentraciones, solamente tiene 13 profesores permanentes y su matrícula es de 540 estudiantes.

La joven indicó que la rectora de la institución, Marimar Benítez, había solicitado que se excluyera la EAP de las agencias impactadas por la Ley 7 por ser tan pequeña y con fines educativos, pero no fue así. Señaló que el Conservatorio de Música, que tiene la misma cantidad de estudiantes, el triple de personal administrativo y alrededor de 100 profesores sí se excluyó, por lo que debería revisarse esa decisión legislativa.

Una lucha paralela

Aunque el reclamo principal del estudiantado es que se le garantice un presupuesto recurrente a la EAP para que pueda seguir operando, han elaborado una lista de  exigencias que tienen mucho en común con las del movimiento estudiantil de la Universidad de Puerto Rico (UPR), que lleva más de 40 días en huelga en 10 de sus 11 recintos. 

Estudiantes de la EAP representan a "las marionetas" Ana Rosa Guadalupe, José 

Ramón De la Torre y Marimar Benítez en la marcha al Jardín Botánico, el 7 de mayo. 

Foto: Mariana Muñiz Lara

Los estudiantes de la EAP, de manera similar a los de la UPR, reclaman que: 1) se les restituya el presupuesto anterior a la Ley 7, 2) se asegure que no habrá privatización, 3) no aumente el costo de los créditos y 4) haya mayor participación estudiantil en los procesos administrativos y académicos.

Por esto, Barreto Ortiz dijo “a nuestros compañeros de la UPR: deseamos que haya un discurso en conjunto en defensa de lo que son las universidades públicas del País y entablar una relación más directa entre el movimiento estudiantil de los recintos de la UPR y la Escuela”. Por otro lado, precisó que la EAP lleva una “doble lucha, porque a la UPR todo el mundo la conoce, pero la población no sabe qué es Artes Plásticas, no sabe que es una universidad pública y que es reconocida internacionalmente”; antes de poder presentar sus reclamos tienen que presentarse para que los conozcan. 

Pero, esa realidad no ha sido obstáculo para que reciban apoyo. El estudiantado de la Escuela, compuesto por futuros artistas visuales, profesionales del diseño y maestros de arte, tiene a su favor su creatividad, con la que aseguran que han conseguido “la simpatía del Pueblo”. Rubén Solla, presidente del Consejo de Estudiantes de la EAP, cataloga el proceso que están llevando a cabo como una “huelga mediática”, porque lo que quieren es educar al Pueblo sobre lo que es la Escuela y la importancia del arte, la cultura y la educación pública en Puerto Rico, para que apoyen estas áreas. 

A pesar de que la Escuela ha estado luchando por su permanencia desde el año pasado, las manifestaciones se han intensificado este semestre. El 13 de mayo, el mismo día que el Recinto de Río Piedras de la UPR ratificó su huelga, una asamblea estudiantil decretó un paro académico de 48 horas. Ese día, luego de unirse a los estudiantes de la UPR en su marcha al Capitolio, establecieron un campamento en los predios de El Morro, frente al edificio conocido como Antiguo Manicomio, que albergaba antes la Escuela. Barreto Ortiz describió el campamento como “un modelo de escuela alterna y un elemento unificador de nuestra universidad”. 

El grupo Estudiantes Pro-Cultura y Artes, que reúne a los alumnos de la EAP, ha auspiciado conferencias, conciertos, noches de jazz, talleres de afiches y piquetes con “performances”, incluyendo el del pasado lunes, en el que hubo confrontación con la Policía. Los estudiantes tienen un Comité de Documentación, que está produciendo mini cortos sobre la Escuela, y mantienen el portal www.cultura7.org, con noticias, calendario de actividades, documentos y cartas de apoyo. 

Estudiantes dramatizan la muerte de su Escuela en su

manifestación del pasado lunes. Foto: cultura7.org

Los artistas Antonio Martorell y Rafael Trelles expresaron su solidaridad con los jóvenes en los medios de comunicación e igual lo hizo el cantautor cubano Silvio Rodríguez en su concierto del 30 de mayo. Luego de esa mención, el actor Benicio del Toro se interesó por la causa y llegó el miércoles en la noche al campamento a compartir con ellos. 

El 17 de mayo, los estudiantes de la EAP se declararon en “huelga indefinida”. Aunque las clases y labores administrativas continúan, los alumnos han realizado paros dentro de la universidad y actos de desobediencia civil y dicen estar dispuestos a tomar acciones más contundentes, que paralicen las clases y el funcionamiento administrativo, si no se atienden sus reclamos.

Benicio del Toro comparte con estudiantes de la 
EAP en su campamento. Foto: cultura7.org

Ni en pintura las explicaciones

Y es que, desde que paralizaron las clases para pedir diálogo, no habían visto intención alguna de parte de la Junta de Directores de la Escuela de reunirse con ellos para aclarar sus dudas y buscar soluciones al déficit en conjunto, hasta muy recientemente, cuando les anunciaron que el próximo martes, a las 4:30 p.m., se celebrará una asamblea de estudiantes y profesores. La misma es convocada por la Rectora y se espera que estén presentes los miembros de la Junta. La última asamblea de este tipo fue hace un año.

“Estamos esperando que la Administración le dé cara a todos los estudiantes y a la prensa; que digan lo que está pasando”, dijo Solla. Los estudiantes han tenido algunas conversaciones con la Rectora, porque, al ser tan pequeña la universidad, la ven a diario, pero nunca les ha explicado formalmente lo que sucede.

Asimismo, para canalizar los reclamos, se creó un Comité Negociador, compuesto por nueve estudiantes y profesores, que se ha reunido una vez con el presidente de la Junta y otra con toda la Junta. Mañana, el Comité se reestructurará y esperan que la nueva composición sea de siete estudiantes, uno de cada departamento, para evitar conflictos de intereses que puedan tener los docentes, señaló Solla, quien forma parte del Comité.

Por su parte, Barreto Ortiz declaró que los estudiantes entienden que la Junta no ha sido responsable con la Escuela y muchos de sus miembros ni siquiera están al tanto de lo que sucede con la institución. Los jóvenes se enteraron de que la Junta de Directores se reunió la semana pasada, pero no divulgaron al estudiantado lo que discutieron. De acuerdo con la Ley 54 de 1990, que crea la EAP, la Junta aprueba la petición de presupuesto que se le somete a la OGP y establece los costos por los servicios de la Escuela. Tiene el deber de rendir un informe anual sobre las finanzas de la institución y las gestiones realizadas.

La Junta de Directores está compuesta por siete miembros, quienes representan “el interés público, educativo y cultural”, según la Ley. Los estudiantes señalan que los miembros de este cuerpo suelen tener conflictos de intereses al administrar la EAP. La Junta de Directores del Instituto de Cultura Puertorriqueña elige de entre sus miembros a tres personas para participar en la Junta de la Escuela y nombra a los otros cuatro directores. Actualmente, Manuel Álvarez Lezama preside la Junta y sus miembros son Lolita González Roig, Loretta Phelps de Córdova, Bertita Martínez Santoni, Fernando Oronoz, Rodolfo Lugo Ferrer y Jaime Suárez Toro.

La rectora es nombrada por la Junta y tiene la función de ejercer la autoridad administrativa y académica. De acuerdo con los estudiantes, Benítez aceptó la reducción de presupuesto y creó un plan para que la misma universidad aumentara sus ingresos propios y no dependiera tanto del Fondo General. Además de esta asignación, la institución se mantiene con fondos federales, por las becas del estudiantado, y lo que genera con el cobro de matrícula.

Como parte del plan de la Rectora, se cambió el funcionamiento de la universidad del sistema de dos semestres a uno de tres cuatrimestres al año. Según se le presentó al estudiantado, esto no sólo serviría para aumentar los recaudos por cobro de créditos, sino que también les beneficiaría, porque se graduarían en menos tiempo.

Barreto Ortiz indicó que los estudiantes están en contra de esa propuesta y piden que se restablezca la enseñanza por semestres, ya que piensan que la EAP no se puede convertir en “un instituto técnico privado cualquiera y auto-privatizarse”. Aunque no se oponen a que la Escuela refuerce su autonomía, aumentando sus ingresos propios, creen que el método “no se puede imponer a la fuerza”. Están convencidos de que su disciplina requiere mucha experimentación y práctica, por lo que los cursos rápidos afectarían su rendimiento artístico y su proceso de aprendizaje.