El Comité de estudiantes del Recinto de Cayey de la Universidad de Puerto Rico se expresó sobre la entrada repentina de la Policía en horas de la madrugada. En adelante su mensaje.
Hoy es un día nefasto en la Universidad de Puerto Rico en Cayey. El Rector, Juan Varona ha solicitado la presencia de las fuerzas policiacas dentro de nuestro amado Recinto. Cabe destacar, que en las últimas décadas de trayectoria de lucha estudiantil en Cayey NUNCA ha ocurrido un acto de confrontación, ya que nos caracterizamos por ser un Recinto de PAZ. En el único momento que ocurrió una confrontación, fue precisamente hace algunos años, cuando el Sr, Varona tuvo que fungir como Rector Interino y solicitó la remoción y encarcelación de un grupo de jóvenes que pintaba un mural en una pared externa a la Universidad. En aquella ocasión al, igual que en esta, y como siempre ha sido, nuestros estudiantes se manifestaban pacíficamente.
Nuestra asamblea decretó una huelga e inmediatamente implantamos dicho voto, como último recurso de presión ante una administración intransigente y cerrada al diálogo. Durante el miércoles 15 de diciembre, en nuestro primer día de huelga, tanto la administración como los medios noticiosos pudieron constatar que NO evitábamos la entrada del que quisiera llegar a sus salones, simplemente con comunicábamos con los compañeros por medio del diálogo, quienes solidariamente desistían de entrar o, continuaban su curso al salón de clase. Seis profesores impartieron clase en sus aulas y, de la mejor buena fe, se permitió la continuación de estos procesos ininterrumpidamente. Cientos de estudiantes y comunidad en general mostraron su apoyo a la huelga en los portones, sin ningún incidente que lamentar, como siempre nos ha caracterizado en el Recinto de Cayey.
Hoy, queremos responsabilizar directamente al Sr. Varona y la Administración Central por lo que pueda pasar en nuestros portones. Hemos llevado la manifestación pasivamente. No se le ha negado la entrada a nadie, todo fue por medio de la palabra. Señor Varona, en sus manos ha caído la deshonra de convertir un Recinto de Paz en uno militar. Hemos regresado a los tiempos en que Cayey era un bastión militar. De balas transformadas a libros, regresamos nuevamente a las balas y nosotros, con la cordura, inteligencia y temple que nos ha caracterizado, continuaremos haciendo valer nuestros derechos y le devolveremos a las futuras generaciones una Universidad PACÍFICA, PÚBLICA Y ACESIBLE. Hasta que no haya diálogo, continuará la huelga y la resistencia estudiantil.
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