19 de julio de 2010

Estudiantes tienen la palabra

Por Redacción DESDE ADENTRO
Foto: Jesús Vázquez 

Como parte de los mensajes ofrecidos en la concentración del 18 de julio de 2010, dos estudiantes del Recinto de Río Piedras ofrecieron un mensaje a las miles de personas que se reunieron en la Ave. Roosevelt para protestar contra las injusticas, excesos de poder y atropellos perpetrados por el gobierno de Luis Fortuño contra diversos sectores y comunidades. La joven Gabriela Camacho es estudiante de Derecho y Waldemiro Vélez Soto es estudiante de Ciencias Sociales y fue miembro del Comité Negociador Nacional. Ambos, en representación de los estudiantes del país, leyeron el siguiente mensaje que reproducimos íntegro a continuación. 

Mensaje al País:

Madres, padres, obreros, amigos, compañeras y compañeros todos.  Ustedes han sido testigos de la lucha que los y las estudiantes hemos fraguado en defensa de la educación pública y accesible para todos. Nosotros entramos en nuestro proceso huelgario sin tener idea de cuánto se iba a extender esta batalla pero conscientes de la urgencia de tomar acción ante la amenaza de desmantelar el espíritu mismo de nuestra amada universidad.  Enfrentamos momentos difíciles, pero pudimos sobrellevarlos en gran medida por el apoyo incondicional que nos brindo el pueblo y es momento de darle las gracias.  

Gracias por creer en nosotros, por cada botella de agua, por cada alimento, por cada acto de presencia en nuestros portones, por cada abrazo, por cada oración, por cada grito de indignación, por la indiscutible solidaridad. 

Tras 60 días de resistencia ganamos algunas batallas pero la lucha no termina.  Los y las estudiantes hemos sido claros en que no vamos a claudicar ante los abusos que se dan en nuestra alma máter y continuaremos luchando ante los abusos que se extienden más allá de las aulas.  Seguidos por esta insaciable sed de justicia nos dimos cita en la casa de las leyes a ejercer nuestro derecho a la libre expresión y a retomar el espacio constitucionalmente consagrado para el pueblo.  La respuesta del gobierno no se dio a esperar y fue la expresión más evidente del estado de represión en el que vivimos. 

Se que muchos han llegado aquí, han marchado, han consignado y han levantado su voz indignados ante el abuso y la indiscriminada violencia  en las imágenes de los acontecimientos  del pasado 30 de junio en capitolio.  Pero la violencia tiene muchos rostros y este pueblo ha sido maltratado a diestra y siniestra por sus administradores. Llevamos demasiado tiempo siendo olvidados, que no quepa duda.

 Meses de periódicos llenos de compañeras muertas a la mano de sus parejas, muchos de estos, miembros de la misma policía que algún día juró protección a los ciudadanos.  Servicios elementales siendo asaltados en medio de miles de despidos.  Agencias en crisis por recortes humanos y presupuestarios que develan una clara intención de dejarlas inoperantes.  Intentan engañarnos mientras el dinero del pueblo de desvía a las manos de unos pocos que no asumen la responsabilidad que les fue encomendada.   

Amigos golpeados en callejones por su sexualidad, por ejercer su derecho a celebrarla. Niños atacados por la policía mientras intentan defender a sus madres de un vicioso desalojo y las macanas que lo acompañan. Estas son las imágenes que no podemos olvidar. Compañeros y compañeras, nuestro pueblo, nuestro país, se está derrumbando y todos nos vemos afectados.  Esto no se trata de un día oscuro en el calendario, en el que un grupo de estudiantes fueron privados de su derecho a la libre expresión de una forma atroz. 

Vivimos siendo atacados, golpeados todos los días, en cada lectura del periódico en la mañana, en cada árbol cortado, en cada muerte, en cada día de incertidumbre, en cada ley enmendada a oscuras mientras el pueblo duerme. 

Compañeras y compañeros puertorriqueños, es la salud, la educación, el hogar, el sustento, el futuro de nuestros hijos, hermanos, padres, madres y compatriotas lo que están poniendo en juego.  Y lo hacen en todas las escalas, con todas las armas con las que un estado puede arremeter contra los trabajadores y las familias que lo componen, lo construyen y lo sustentan.  Este pueblo, no quiere, no merece y exige ¡ni un abuso más! 

Como muy bien ha demostrado la compañera Gabriela, tenemos que ponerle un freno a todos estos atropellos de pasados y presentes gobiernos, de pasadas y presentes administraciones que no le responden al pueblo, no representan al pueblo y se lucran o benefician de nuestro sudor y nuestra sangre. 

Cuando nos encontrábamos luchando todos y todas en defensa de la educación pública universitaria hace unas semanas atrás, no esperamos por un nuevo cambio de administración universitaria, una nueva composición de Síndicos o nuevos representantes estudiantiles puestos por el gobierno de los ricos. Todo lo contrario, fuimos pro activos en crear propuestas, en buscar el diálogo y ante la intransigencia más férrea de Presidencia y Fortaleza nos encontramos como pueblo luchando en la calle.

Ante estos ataques viciados hacia nuestros derechos, nuestra única salvación es la unidad de todas y todos las trabajadores al unísono, en protestas de pueblo contra el innoble régimen presente. Tenemos que ejercer de manera combativa nuestras protestas para poder romper las cadenas que nos marginan y destruir los obstáculos del discrimen, para así marchar  hacia un porvenir de progreso para todos y todas las trabajadoras. Tenemos que demostrar de una vez y por todas que esta gran masa de humanidad ha dicho basta ya, ha echado a andar y su marcha de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera democracia. Los y las estudiantes entendemos que la unidad en la acción, junto a la implementación de diversos métodos de lucha son unas de las claves para rescatar una vez y por todas nuestros derechos conquistados y aun por conquistar.

Pero para esto tenemos que concebir que si no existe la organización democrática y las protestas con propuestas, después del primer momento de impulso y de rabia, toda nuestra ira perderá eficacia como ocurrió hacer un año atrás. Por eso hacemos un llamado a la organización desde las bases y a la democracia participativa desde abajo. Por eso no podemos esperar por el próximo cuatrienio para crear un cambio. El momento de actuar es AHORA, el momento de frenar estos abusos hacia el pueblo trabajador es AHORA y para esto debemos hacerlo conscientes de que no podemos tener miedo. No podemos tener miedo a la hora de darnos a respetar y a la hora de ir a organizar, organizarnos o luchar por democratizar espacios burocráticos de lideratos que no representan nuestro sentir.

Tenemos que crear espacios de participación ciudadana y de autogestión obrera para que escuchen nuestros reclamos. Apelamos a la creación de asambleas obreras en todos los sindicatos, de asambleas comunitarias, de asambleas estudiantiles para luego convocar y organizarnos a nivel regional como pueblo. Es hora de ejercer bajo la democracia participativa ese poder que se ha delegado a nuestros verdugos de una vez y por todas.


Tenemos que demostrarle a este gobierno que seamos nacionalistas o no, seamos estadolibristas o no, seamos PNP’s o no, como decía el Dr. Pedro Albizu Campos  “cuando la tiranía es Ley, la REVOLUCIÓN es ORDEN”.

1 comentario:

  1. Con el "compañeros y compañeras" perdiste a mi hermano. El es un tipo humilde pero rápido de mente y dijo "sapos y sapas, lobos y lobas".
    Guárdense el "desdoblamiento" para el salón de clase si no quieren alienar y parecer una tropa de creídos.

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